3 claves para tener éxito en la reclamación extrajudicial de tus impagados
¿Eres una pequeña empresa o autónomo y sufres puntualmente faltas de liquidez por los retrasos o impagos de tus clientes? ¿Tienes facturas pendientes de cobro que no sabes cómo gestionar?
Si estás leyendo estas líneas, seguro que te identificas con alguna de las situaciones anteriores.
¿Quieres recuperar tu dinero? Vamos a darte 3 consejos para que sepas cómo actuar en estas situaciones y puedas gestionarlas de manera eficaz, segura y efectiva.
Primero: No dudes en reclamar el pago de la deuda. Debes estar pendiente de tus facturas impagadas.
Pero ten en cuenta que es muy importante cuidar la forma. Si un cliente te debe el importe de una factura porque ha recibido tu producto o servicio pero no ha cumplido con su obligación de pago, es por una razón. Te recomiendo que en primer lugar contactes con tu deudor para recordarle que tiene un importe pendiente de abono. De ese primer contacto puedes obtener información muy valiosa: si te pide unos días para gestionar el pago, puedes pensar que quizá esté apurado económicamente, por ejemplo.
Mi consejo: que este primer contacto sea cordial, amable y cercano.
Pero bajo ningún concepto cierres la conversación sin un resultado. No aceptes un “te llamaré….” o un “voy a ver cómo lo gestiono….”. Trata de reconducirla de tal forma que si tu deudor necesita unos días, dejéis fijada una fecha para un nuevo contacto (nunca más de 5 días): “Bien, si te parece bien te devuelvo la llamada el próximo martes para que me confirmes cómo vamos a gestionar el pago…” . Recuérdale, si es necesario las formas de pago que manejas.
Con un deudor despistado o con problemas ocasionales de liquidez, una o varias llamadas pueden resolver el problema. Pero en muchas ocasiones, no es suficiente.
Segundo: Ante deudores persistentes, reclama por escrito.
Si has seguido y perseguido el cobro de una factura y aún así no has conseguido resultados, o si directamente el deudor no responde a tus llamadas, debes reclamar por escrito esa deuda.
Tienes que valorar, dependiendo del caso, si es conveniente enviar una carta amistosa o directamente un burofax. Normalmente, cuando un cliente -hoy deudor- que no había atendido a nuestros requerimientos amistosos recibe un burofax, comienza a considerar que vas en serio.
Un burofax es una comunicación fehaciente, con acuse de recibo y certificación del texto. Si fuera necesario acudir a la vía judicial, podrás exigir los intereses de la deuda desde el envío de esta reclamación. Suele ser bastante eficaz, sobretodo si la envía un abogado.
Es, por así decirlo, el fin de vuestra relación amistosa y el comienzo de vuestra batalla.
Tercero: En tu comunicación escrita, sé conciso, contundente y concede un breve plazo para cumplir con el pago.
Deja al margen valoraciones, opiniones e incluso hechos que no sean exclusivamente los siguientes: la cantidad adeudada, el concepto, el plazo para el pago y las consecuencias en caso de que se incumpla.
También debes dejar constancia de las molestias que te has tomado para solucionar el problema sin haber obtenido colaboración alguna por su parte, con frases como “tras reiterados intentos de solución por nuestra parte, sin contestación alguna de Vd. hasta la fecha…”.
Si tras esta reclamación por burofax no has conseguido resolver el pago, deberás reclamarlo judicialmente. La clave está, como indicaba al principio, en el seguimiento. No dejes de reclamar lo que es tuyo. Cuanto antes lo hagas, mejor.
Esperamos haberte sido de ayuda y que con estos consejos puedas reclamar con mayor éxito tus deudas. Si necesitas contactar con nosotros, no dudes en hacerlo a través de nuestro formulario de contacto.
Sara Casas Patiño.


